14 enero 2009

Sistema Preventivo y Derechos humanos – Partir el pan de la justicia y la solidaridad.



















Durante los días 2 al 6 de enero de 2009 ha tenido lugar en Roma, el Congreso Mundial Salesiano sobre “Sistema Preventivo y Derechos Humanos”, convocado por los Salesianos de Don Bosco y presidido por Don Pascual Chávez Villanueva, Rector Mayor de la Congregación.

. Un acontecimiento extraordinario.

Han participado en él alrededor de cuatrocientas personas venidas de todo el mundo salesiano, de más de cien países. Un acontecimiento extraordinario tanto por lo significativo del tema como por la hondura de la reflexión, la altura de las intervenciones y la proyección de los compromisos para la Congregación Salesiana.
Enmarcado en el contexto del Capítulo General 26 de los salesianos (clausurado el pasado mes de abril de 2008) y la programación del sexenio 2008-2014 del
Rector Mayor y su Consejo, el Congreso ha ofrecido caminos concretos que los salesianos habremos de recorrer en el futuro para seguir ahondando en las profundas conexiones entre el Sistema Preventivo, el sistema educativo propuesto por San Juan Bosco, y los Derechos Humanos. La propuesta carismática de Don Bosco y el camino de la Congregación en estos 150 años de vida (2009 es el año de este Aniversario) nos ofrecen muchos puntos de referencia inspiradores y orientadores. Volver a partir de Don Bosco, como nos indica el propio CG 26, es renovar nuestra opción preferencial por vivir junto a los jóvenes más pobres una experiencia actualizada de educación preventiva que haga de ellos sujetos activos y responsables de la acción transformadora de nuestro mundo según el corazón de Dios.

.Una mirada a la realidad con los ojos de Don Bosco.

Niños soldado, jóvenes explotados, menores inmigrantes, víctimas del turismo sexual, de la violencia de género o de fanatismos religiosos, chicos de la calle expuestos a toda clase de marginación y exclusión social… son sólo una parte de la multitud inmensa que aguarda en nuestro mundo a que su grito sea escuchado y alguien les devuelva la dignidad perdida ante los derechos vulnerados y la condena que supone la indiferencia de muchos.
En estos días nos hemos acercado, una vez más, a Don Bosco y a su manera de mirar la realidad. Es una mirada abierta y franca. Mirada de padre y luchador incansable; mirada bondadosa y crítica al mismo tiempo; mirada apasionada y comprometida siempre; mirada de ternura y vigor. Es la mirada de quien peleó hasta la temeridad para conseguir un contrato de trabajo para sus muchachos cuando, a mediados del XIX, a nadie le importaban la dignidad de las condiciones laborales y los posibles derechos de quienes eran considerados tan solo mano de obra barata o elementos sociales prescindibles. El santo turinés decía a sus jóvenes: “Me importas mucho, tanto... que aunque no tuviera más que un pedazo de pan lo partiría a medias contigo”.
Tantos y tantos jóvenes de los arrabales de Turín, víctimas del desprecio y al borde de la desesperación, explotados por una economía deshumanizante, abandonados a su suerte, sometidos a abusos de todo tipo y sin derechos como personas escucharon de sus labios una palabra de futuro.
No fue su intención elaborar grandes teorías sobre el cambio social. Simplemente se puso manos a la obra para transformar una realidad injusta que excluía a los más débiles y hacía de ellos carne de cañón y de cárcel. Soñó un mañana mejor para sus muchachos y entendió que era más importante prevenir que golpear, acompañar que castigar, que lo decisivo era curar heridas, humanizar, abrir a la experiencia religiosa, ofrecer sentido y esperanza.
Subió por los andamios, se coló en las cárceles, se adentró en los suburbios, visitó a ministros y a nobles reclamando derechos para sus muchachos, mendigó el pan ante los poderosos. Acometió grandes empresas para ofrecer una casa, una escuela, una familia y un futuro a todos los que estaban en el margen de la historia y eran considerados tan solo un deshecho.

. La Paz y la Justicia para TODOS
Somos muchos los que nos hemos sentido seducidos por su carisma y su manera de entender la educación como cosa del corazón. Hemos comprendido que la preventividad no es sólo un método educativo, sino un estilo de vida que nos hace solícitos, generosos, solidarios con los más débiles, con los que sufren, con los últimos. Somos un buen puñado de hombres y mujeres los que, inspirados en Don Bosco, queremos seguir compartiendo el pan de la educación, de la justicia, de la esperanza con los jóvenes que viven en el margen de nuestra sociedad, a los que se les niega el derecho de ser protagonistas de su propio futuro.
Ser educador con estilo salesiano es mirar la realidad con la mirada de Don Bosco: una mirada compasiva y solidaria, creativa y emprendedora, comprometida hasta la temeridad. Es descubrir que el corazón con sus razones es el verdadero motor de toda transformación decisiva, de todo esfuerzo de humanización. Ser educador como Don Bosco es vivir de forma apasionada, tenaz y esperanzada, confiando en que el Reino de Dios, Dios como ternura infinita, instaure en esta historia la paz y la justicia para todos.
Y hemos decidido arremangarnos los brazos y comprometernos al lado de los más pequeños, de los más vulnerables, de los excluidos de nuestro mundo. Y a ello dedicamos nuestros mejores esfuerzos inspirados en Jesús, el Señor, que vivió y murió para los pequeños y los pobres. Apostamos por un humanismo inspirado en el Evangelio, por la educación preventiva, por el protagonismo de los jóvenes, por el trabajo en red y por el compromiso con la justicia y los derechos de los más débiles.

. Una autentica clave hermenéutica para el futuro

Como el Rector Mayor nos ha indicado en las conclusiones del Congreso, la reactualización del sistema preventivo a la luz de los derechos de los menores en nuestra sociedad actual se convierte no sólo en opción prioritaria sino en auténtica “clave hermenéutica” para saber interpretar y re-inventar nuestras obras. A través de la educación, hemos de saber enriquecer nuestra praxis pastoral a la luz de los derechos humanos para seguir siendo fieles a Don Bosco. En presencias siempre nuevas y en las nuevas presencias que vayan surgiendo, hemos de educar ciudadanos libres, activos y responsables desde su identificación con Jesucristo, el Señor, vida y esperanza para todos.
Es auténticamente profético el hecho de que la Congregación Salesiana haya convocado este Congreso. Ciertamente, no es un primer paso ni comenzamos desde cero. En la historia de nuestra familia, comenzando por Don Bosco, muchos hermanos y hermanas han sido auténticos precursores de los derechos humanos desde la preventividad. Inspirados en nuestro padre, en este tiempo lleno de contradicciones y opacidades, los salesianos hemos renovado en estos días nuestro compromiso de seguir estando del lado de los más pobres, de los más pequeños, de los más vulnerables para ofrecer vida y salvación en nombre de Dios, a través de una renovada acción educativo-pastoral -(educamos evangelizando y evangelizamos educando)- en y para los derechos humanos. Seguiremos trabajando en red, educando, situándonos en primera línea y denunciando con valentía, alejados de cualquier bandera política o ideológica, todas aquellas situaciones que amenazan o impiden que los derechos de los más pequeños sean respetados y que lastran el desarrollo de los pueblos impidiéndoles ser protagonistas de su propio futuro.

2 comentarios:

Ángel León dijo...

Indudablemente el sistema educativo de los SALESIANOS es maravilloso.

Anónimo dijo...

Yo también soy aa.ss. y recuerdo mi colegio de forma esplendida.

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