13 enero 2009

Analizamos las “Máximas” de Santa Ángela de la Cruz, en homenaje a su gran legado, Las Hermanas de la Compañía de la Cruz (VIII).

Creo que profundizando cada día en una “FLOR” ó frase escrita con el amor más sincero y puro que profesó desde muy niña “Angelita” hasta convertirse con el paso de los años en Sor Ángela de la Cruz, por el amor a Jesucristo, el Hijo del Padre Dios, llegaremos como no a la Stma. Virgen, la Madre de Jesús y nuestra Madre Celestial… Una vez hecha la introducción, analizamos la octava “Máxima” o “Flor espiritual”” escrita por Santa Ángela de la Cruz: “¡Ah, Dios mío! ¡Qué dulces son las penas llevadas por TU amor!
Nuevamente queda de manifiesto la cercanía, sencillez y humildad que tiene nuestra Santa sevillana que, lo demostró en todas y cada una de las etapas de su vida. Santa Ángela en su plan de vida, quedará siempre de manifiesto que, todo está en torno a la Divina Voluntad de Dios, hasta el dolor. Vivió siempre al servicio de los demás, en especial de aquellos más necesitados y abandonados.
En cambio nosotros cuantas veces hemos pronunciado o escuchado en nuestro entorno lamentaciones: ¡Que pena más amarga!, ¡Que amargura!, ¡Que dolor!...desesperados e impotentes cuando nos surge algún problema. Pero en cambio, Santa Ángela a diferencia de nosotros, al encomendarse totalmente a Dios y sobre todo al centrar su vida en torno a la de Jesucristo, clavado en una Cruz , hasta morir, para redimirnos del pecado, para libéranos con su Resurrección Gloriosa y ofrecernos así la Vida Eterna. Élla que supo analizar en lo más profundo de su corazón, la vida de Cristo, a través de los Santos Evangelios y descubrió que, las penas mundanas, son más ligeras o dulces, si se ofrecen como desagravio a Jesucristo que, quiso que se cumpliera y aceptó en todo momento la Voluntad del Padre, a igual que María, sintió su corazón, traspasado por el dolor y vivió junto a su Hijo, su Pasión, Muerte y Resurrección. Dándonos ejemplo de obediencia continua. Por eso Gracias a Dios, ha habido, hay y habrá personas que, como Santa Ángela, sepan ofrecer sus penas y dolores a Jesús y solo así, por amor, podremos llevar las penas con dulzura.
Si estas triste, sientes pena y dolor… Acude al Sagrario y ofrécelos a Cristo Sacramentado y acude a visitar por ejemplo la Capilla de Santa Ángela de la Cruz, y al “verla dormida” captarás su dulzura y percibirás una brisa de paz y amor. Allí esta Jesucristo en el Sagrario y en la Cruz que, marcó la vida de “Angelita”…y también encontrarás a la Virgen, Madre de Jesús, bajo la advocación de Ntra. Sra. de la Salud.


Recuerda, “no niegues nunca jamás, una sonrisa a nadie, porque no cuenta nada y ayudará a ser feliz a otra persona”.

Hoy os dejamos con estos geranios en flor que aunque carecen de una fragancia olorosa, si nos alegran las pupilas y que de forma simbólica, depositaremos a los pies de Santa Ángela de la Cruz que, es una gran mediadora ante Dios que es el que verdaderamente concede las gracias y favores. Dios es el gran “ordenador” del mundo y como Padre Celestial, nos ama y quiere que seamos felices, pero respetando siempre a nuestros semejantes y tratando de ayudar a los desvalidos que, encontramos en el camino y que por mil motivos necesitan cuando menos de nuestro calor humano y a veces los tratamos muy mal, con indiferencia, con desprecios, con desagrado, con despotismo…


Hasta mañana Dios mediante que, volveremos con una nueva “FLOR”.

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