Noticias Cofrades del SUR: Tradicional, cariñosa y devocional cita con Santa Ángela de la Cruz, en el ochenta aniversario de su triunfal muerte.

02 marzo 2012

Tradicional, cariñosa y devocional cita con Santa Ángela de la Cruz, en el ochenta aniversario de su triunfal muerte.

Por favor: No niegues, nunca, jamás, una sonrisa a nadie, porque no cuesta nada y ayudarás a otra persona a ser feliz". Ángel León "Donald".

En plena “primera semana de Cuaresma”, celebramos hoy 2 de marzo, "el LXXXº aniversario de la muerte de Santa Ángela de la Cruz", como siempre supone un bonito ejercicio piadoso y de fe en su entorno y de "Su gran Legado" las HH. de la Compañía de la Cruz".

Ya que no es poco sacrificio aguantar varias horas y más cuando se ha tenido que, madrugar para llegar al convento desde los barrios más lejanos de nuestra ciudad, o desde pueblos de nuestra Andalucía, la

región hermana de Extremadura, así como de todas partes que, acuden a este encuentro anual.

Un año más, la calle Santa Ángela de la Cruz se ha convertido en un “ río humano” cuyo caudal transcurre en colas largas que desembocan en la Casa Generalicia de las Hermanas de la Compañía de la Cruz, requisito obligado para visitar el “humilde cuarto” donde murió Sor Ángela, donde se guardan sus enseres y objetos personales, también veremos los del Padre José Torres Padilla, cofundador del Santo Instituto Religioso de las Hermanas de la Cruz.

Desde el termino de la misa de ocho de la mañana y mientras que haya personas aguardando para entrar, la Casa Madre de las Hermanas de la Cruz permanecerá abierta.

Las jóvenes de los Grupos de Sor Ángela, como cada año han repartido: cruces, reliquias y violetas, traídas de casas del Distrito Sevilla Este, donde las cultivan ex profeso para este día, o donadas por la dueña de una floristería que es muy devota de Santa Ángela, momento que suponen una bella tradición en torno al aniversario de Madre Angelita.

Por fin llegamos: al zaguán, ese luminoso patio, la escalera... mientras tanto los devotos se preparan para su encuentro con: la humilde tarima, donde murió Sor Ángela, allí algunos personas enfermas, movidos por su gran “fe y esperanza”, se tenderán y pasarán las violetas, novenas, reliquias y cruces.

Por fin ha llegado la segunda parada obligada en el recorrido, para rezar ante el cuerpo incorrupto e inerte de Santa Ángela de la Cruz.

Justo al lado de Santa Ángela, en la pared derecha en una gran urna, reposan los restos de la Beata Madre María de la Purísima. Bajo una bella imagen de Cristo Crucificado.

Madre María de la Purísima de la Cruz (*Madrid; 20 de febrero de 1926 – +Sevilla; 31 de octubre de 1998) ingresó el 8 de diciembre de 1944 en la Compañía de la Cruz, congregación fundada en el siglo XIX por Santa Ángela de la Cruz para atender a los pobres, enfermos y niñas huérfanas. Su nombre civil era María Isabel Salvat Romero y pertenecía a una distinguida familia de alto nivel social. En 1952 tomó los votos perpetuos y posteriormente fue nombrada superiora de los conventos situados en las localidades sevillanas de Estepa y Villanueva del Río y Minas. En 1977 fue elegida Madre General de la Compañía de la Cruz. Falleció el 31 de octubre de 1998. El 18 de septiembre de 2010 fue beatificada en una multitudinaria Misa celebrada en el Estadio Olímpico de la Cartuja en Sevilla y estuvo presidida por la imagen de Nª Sª de la Esperanza Macarena. Benedicto XVI la define como «iluminada por la sabiduría de la Cruz, dedicó su vida al servicio de los pobres y de los enfermos y a la educación cristiana de la juventud».

Tras encomendarse a las dos primeras Santas Oficiales del Instituto de Vida Religiosa de las Hermanas de la Compañía Cruz —a las otras “Santas” las veremos de dos en dos, a diario por las calles y barrios

donde hay conventos o casas de las HH. de la Cruz—, antes de marchase los devotos llenarán de peticiones y agradecimientos el cajón de la pared. Que aumentan debido a las grandes dimensiones reales de la crisis económica que atravesamos en la actualidad

Detalles Históricos: Aunque las Hermanas de la Cruz tienen otras celebraciones importantes a lo largo y ancho del año, es hoy 2 de marzo, -según la hemeroteca de ABC día de la muerte de Sor Ángela en 1932, y del que se cumplen hoy 80 años, el que concita mayor número de público. Quizás porque fue durante 50 años el recordatorio y constatación popular de la santidad de la monja sevillana que construyó “un calvario para hacerse pobre con los pobres y por los pobres”.

Y este aniversario ha tenido un precioso regalo en la rotulación el pasado 20 de febrero de una calle con el nombre de la Beata Madre María de la Purísima, muy cerca de la Casa Madre.

Ha sido el reconocimiento de esta gran ciudad de Sevilla a los méritos de la “hija que siguió su camino de santidad, de humildad y entrega total a los necesitados…

Nueve meses después de vivir ya del todo en la Cruz, ella que durante toda su vida la eligió como morada, murió Sor Ángela a las tres menos veinte de la madrugada del día 2 de marzo de 1932. Hasta el día 5 en que fue enterrada en sagrado en la cripta de la Casa Madre por un permiso especial del Gobierno de la República, sucedieron muchas cosas. Los médicos y un notario certificaron que su cuerpo no presentaba rigidez cadavérica, el Ayuntamiento republicano acordó rotular con su nombre la calle Alcázares, y personas de todos los estamentos sociales de Sevilla acudieron a rendirle homenaje. Quizás fue, el primero multitudinario y por supuesto no el último, como lo demuestran estos ochenta aniversarios plenos de humildad, cruces, reliquias y violetas.

ECOS DE LA PRENSA AMIGA:

También como siempre nuestra querida compañera Gloria Gamito escribe para el Diario ABC “Cita de devoción y cariño con las Hermanas de la Cruz en el aniversario de la muerte de Sor Ángela”

Día 01/03/2012 - 23.49h

Violetas para el día de la Santa

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A veces es preludio de la Cuaresma. Hoy, el aniversario de la muerte de Santa Ángela de la Cruz es un ejercicio piadoso más a su alrededor. Que no es poco sacrificio aguantar horas cuando se ha madrugado para llegar al convento desde los barrios más lejanos, o desde pueblos de Andalucía, Extremadura y la Mancha.

Un año más, la calle Santa Ángela de la Cruz será escenario de colas para visitar el cuarto donde murió Sor Ángela y se guardan sus objetos personales, junto a los del cofundador del Instituto, el padre José Torres Padilla. Desde que finalice la misa matinal de ocho y mientras que haya personas aguardando para entrar, la Casa Madre de las Hermanas de la Cruz permanecerá abierta. Las jóvenes de los Grupos de Sor Ángela repartirán cruces, reliquias y violetas, traídas de casas de Sevilla Este, donde las cultivan ex profeso para este día, o donadas por la dueña de una floristería que es muy devota, en lo que se ha convertido en una bella tradición en torno al aniversario de Madre Angelita.

El zaguán, el patio, la escalera... en la espera, los asistentes se preparan para su encuentro con la tarima donde expiró Sor Ángela, donde algunos, enfermos, se tumbarán, y todos pasarán las violetas. La segunda parada obligada será rezar ante su cuerpo incorrupto. Justo al lado reposan los restos de la Beata Madre María de la Purísima. Tras encomendarse a las dos santas oficiales del Instituto de la Cruz —a las otras las vemos a diario por las calles—, los devotos llenarán de peticiones y agradecimientos el cajón de la pared. Ellos son una radiografía exacta de las dimensiones reales de la crisis económica que vivimos.

Aunque las Hermanas de la Cruz tienen otras celebraciones importantes a lo largo del año es el 2 de marzo, día de la muerte de Sor Ángela en 1932, y del que se cumplen hoy 80 años, el que concita mayor número de público. Quizás porque fue durante 50 años el recordatorio y constatación popular de la santidad de la monja sevillana que construyó un calvario para hacerse pobre con los pobres. Y este aniversario ha tenido un precioso regalo en la rotulación el 20 de febrero de una calle con el nombre de la Beata Madre María de la Purísima, muy cerca de la Casa Madre. Ha sido el reconocimiento de Sevilla a los méritos de la hija que siguió su camino de santidad, de humildad y entrega.

En junio de 1931 Sor Ángela sufrió una embolia cerebral y el 28 de julio de ese año pronunció sus últimas palabras, las del padre Torres: «No ser, no querer ser, pisotear el yo, enterrarlo si posible fuera…». Nueve meses después de vivir ya del todo en la Cruz, ella que durante toda su vida la eligió como morada, murió Sor Ángela a las tres menos veinte de la madrugada del día 2 de marzo de 1932. Hasta el día 5 en que fue enterrada en sagrado en la cripta de la Casa Madre por un permiso especial del Gobierno de la República, sucedieron muchas cosas. Los médicos y un notario certificaron que su cuerpo no presentaba rigidez cadavérica, el Ayuntamiento republicano acordó rotular con su nombre la calle Alcázares, y personas de todos los estamentos sociales de Sevilla acudieron a rendirle homenaje. Quizás el primero multitudinario y por supuesto no el último, como lo demuestran estos ochenta aniversarios de humildes violetas.

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