04 marzo 2009

A trás ha quedado un ruido organizado pleno de alegría, fantasía y coloridos,,, Como siempre llega un tiempo marcados por la preparación y conversión de los corazones, para acercarnos a lo largo y ancho de estos cuarenta días para vivir una vez más la Semana Santa, Rafael Pérez Castillo en esta semana nos ofrece, una “fotografía literaria” de la Cuaresma en Ayamonte (Huelva). Atrás ha quedado el Carnaval con todo su arte y ya se prepara todo en este tiempo, como si hiciéramos un rodaje, lleno de amor a nuestras Benditas Imágenes con sus cultos de reglas y actos cofrades que las Hermandades que harán su estación de penitencia durante la Semana Santa. Las personas que han tenido la ocasión de vivirla y conocerlas, destacan la gran magnitud que alcanza la Semana de Pasión en esta tierra mariana y marinera. Hoy desde este “bacón privilegiado al mundo entero” vía Internet, Rafael Pérez Castillo, este gran cofrade y amante del arte que, ha sido como a el mismo, le gusta decir, “maestro de escuela”, quienes les conocen, afirman que ha sido un gran profesor y educador, es un gran padre y una gran persona… pregonero incluso en diferentes ocasiones y ahora nos escribe sobre:

LA CUARESMA DE AYAMONTE Escribe: Rafael Pérez Castillo

Todavía están prendidas en el ambiente las notas de pasodobles y cuplés que inundaron nuestras calles poniendo ritmo a la lluvia multicolor de trajes y disfraces. Se sienten los impulsos de la vida en la fogosidad ostentosa de humanidad, como prendida al regocijo de unas jornadas que han querido ser “renacimiento” exclusivo – y bien está – del culto al hombre y por el hombre.
La escalada material ha sido espectacular y desequilibrante.
Todas las luces se amaron en los atardeceres del río, y los papelillos jugaron siendo engaño de comida para los peces.
Cuando los rescoldos de la tremenda fogata agonizan en las aguas benditas del mar y una gran boca engulle el jolgorio y las fiestas, un suelo de cenizas se nos ofrece, para que los pies descalzos de la penitencia nos lleven al encuentro con Dios y levantemos el altar sobre el que todos los años se oficia la Semana Santa de la ciudad.
¡Ayamonte y la Pasión!
Siendo que Andalucía es el gran escenario de la Semana Santa mundial, está probado que Ayamonte, un pueblo con el que quizás no se cuente por impensado, por extraño para el profano, o por aquello de “pueblo”, es uno de los exponentes más representativos de la Comunidad.
Ayamonte, estigmatizado por su río, sabe rezar como supo divertirse, de ahí que nuestras jornadas lúdicas no intercepten ni empañen las relaciones que por la vía de la fe y la tradición nos mantienen en una tensión, nunca descuidada, en pos de logros, religiosos y sociales, que tienen un marco preferente en todas las actividades de nuestra Semana Santa.
La Virgen de las Angustias, coronada canónicamente en 1992, es la Patrona y Madre de Ayamonte, y si bien no es imagen que esté presente en nuestros desfiles procesionales de estas fechas, sí que lo está en nuestras vidas y en nuestras casas. Pues partiendo de esta premisa, quizás se llegue a entender que protagoniza todas las expresiones externas de contenido religioso, y que Ayamonte la ha involucrado en cualquier tipo de razón por la que pase el futuro, la realización y la problemática que se genera en convivencia.
La Virgen de las Angustias es un concepto. Tuvo su misión de Madre de Jesús de Nazaret, y como mediadora e intercesora, Ayamonte la ha puesto a trabajar en las empresas que han dado vida a sus hijos y desde todas las épocas.

Pues, como Alcaldesa Perpetua, está llamada al gobierno desde la religiosidad y también desde la tradición y el destino del pueblo que preside. Hoy porque estamos hablando de Semana Santa y otras veces porque llenaremos páginas sobre industria, pesca, el paro, la drogadicción, la educación, etc, siempre “daremos vela” a la Patrona, para que desde el recuerdo ancestral de nuestros padres y de todos los que nos precedieron, y siguiendo los consejos que se desprenden de sus ejemplos de vida, seamos capaces de seguir construyendo Ayamonte.
Toda la Cuaresma explota a la liturgia, por los caminos de la tradición, la fe y la cultura. Desde el miércoles de Ceniza, que hemos de interpretar para la privación selectiva, y no para la carencia, y eso como dato de identificación, en Ayamonte se empiezan a mover los resortes que ponen en rodaje el funcionamiento de todos los esquemas que se han diseñado a lo largo del año.
El cartel – heraldo anunciador – ya está en la calle. El cumplimiento de su cometido no puede ser el de pegar y quitar, razón por la que se procura que su voz se oiga a más distancia en el tiempo, y por tal motivo, desde hace unos años, ve la luz sobre la mediatriz de enero. A veces, nuestro cartel fue una magnífica fotografía de las muchas que proporcionan los desfiles procesionales; pero también, y con acertado criterio, se ha llegado a la feliz conclusión de que sea un pintor, si es posible ayamontino, el encargado de poner voz cromática a nuestra semana pasional. Y así viene siendo, porque es de general conocimiento la fertilidad en el arte de la pintura que tiene la ciudad de Ayamonte, la cual ha dado muestras, a niveles supranacionales, de categoría e inspiración con artistas de la talla de Antonio Gómez Feu, Lola Martín, los hermanos González Sáenz, Rafael Aguilera, y otros contemporáneos que están ahora viviendo sus más dulces momentos. El cartel de 2009, corresponde al joven ayamontino Licenciado en Bellas Artes, Don Benito Mateo León. Desde estas páginas le enviamos nuestra sincera felicitación.
Para seguir con la “anunciación de la Semana Pasional y comprometida” de Ayamonte, hay que hablar del acto cofrade del Pregón.
Una de las formas de pregonar algo – en este caso la Semana Santa - es a través de la pieza oratoria, cultural y literaria del Pregón. Tal vez y no esté bien datada la fecha de inicio en Ayamonte, pero lo cierto es que, entre paréntesis de interrupciones, siempre lo hubo, y ya de forma continuada, desde 1980, en que por vez primera dice el Pregón un ayamontino. A partir de aquí, se instituye esta condición, y todos los años la ciudad despierta con un bello mensaje rebosante de fe, tradición y religiosidad, en boca y palabra de un hijo de Ayamonte.
Hay que hacer obligada referencia al Pregón que pronunciara con anterioridad a esta nueva etapa, en 1964, Don Antonio Rodríguez Buzón, porque su ilustre y autorizada voz, explicó una bella lección de nuestra Semana Santa, que aún permanece viva en el recuerdo del mundillo cofrade y en el corazón de Ayamonte.
Desde esa otra fecha importante que es 1980, las Hermandades, a través de la Agrupación de Cofradías, reforman este acto con tal fuerza, que hoy es de una brillantez excepcional, por la calidad que ofrecen sus contenidos artesanalmente locales y por el protocolo de organización y realización. La mañana del domingo de Pasión pesa mucho desde Ayamonte.
Este año el Pregón Oficial será pronunciado, en el inigualable marco del Teatro Cardenio, por el joven letrado y cofrade Don José María Mayo Luis.
Hay, además, dos pregones de Hermandad:
* El de la Cofradía de Nuestro Padre Jesús Nazareno y María Santísima del Socorro, que se pronuncia en su Capilla, y que este año dice el Reverendo Padre Claretiano y ayamontino - en su día capellán del Real Betis balompié - Don José Márquez Valdés.
* El de la Hermandad del Descendimiento de la Cruz, Santo Entierro y Nuestra Señora del Mayor Dolor, a pronunciar en la Parroquia de Nuestra Señora de las Angustias, para el que se cuenta con el buen hacer cofrade del abogado ayamontino, con ejercicio de su profesión en Jerez de la Frontera, Don Pedro Moreno Martín.
Este es el Pregón.
Pero el Pregón más importante, el que escribe Ayamonte todos los años, el que pronuncia Ayamonte cada Semana Santa, el que vive un pueblo que sólo sabe y gusta a Dios y de Dios, es el que rubrica Padre Jesús Nazareno en la mañana del domingo que el mundo sólo conoce como “de Pasión” y que aquí tiene dos nombres porque también se llama “de Señas”.
Las puertas de la Capilla se abren al alba y allí está Ayamonte esperando a “su Señor”, al Señor de la Villa, al padre Jesús, al “Viejo” y basta un recorrido de doscientos metros hasta la Parroquia de Nuestro Señor y Salvador, que se repetirá al atardecer con el regreso, para que se rompa la cinta inaugural de un capítulo nuevo en este libro interminable que la ciudad escribe desde siempre y hasta nunca.
En el “Domingo de Señas” los ayamontinos de ayer hacían muestras y señales con colgaduras y banderas, desde la torre de la Parroquia de “las Angustias” a la torre de la Parroquia de “El Salvador”. Los ayamontinos de hoy siguen la tradición y la honran con su presencia y entusiasmo para Dios, de forma tal - sólo Dios lo percibe - que Cristo está contento de pasar su “Pasión en Ayamonte”.

Rafael Pérez Castillo (260209)

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